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Son Fortuny, primera finca de gestión pública en conseguir el certificado de Calidad en Caza Mayor del Consell de Mallorca

La finca Son Fortuny, perteneciente al Consell de Mallorca, es el primer terreno público en la obtención del certificado de Calidad de Caza Mayor. En la actualidad, seis otras fincas privadas poseen esta certificación: Es Teix, Formentor, Cala Murta, Ternelles, Solleric y La Victoria.

Hace casi diez años que el Consell de Mallorca inició el descaste de cabras asilvestradas en sus fincas, pero en los dos últimos años ha intensificado su colaboración con la Asociación ACAM (Asociación de Caza Mayor y Conservación de la Cabra Salvaje Mallorquina), Arqueros de Mallorca y la Asociación de Cazadores de Cabras con Perro y Lazo. 

Sin este esfuerzo voluntario, que ha supuesto muchas jornadas de trabajo y que no ha tenido ningún coste económico para las arcas públicas, no habría sido posible reducir la densidad de cabras asilvestradas ni recuperar las pequeñas poblaciones de la cabra salvaje autóctona mallorquina, llamada “fina”.

La certificación de Calidad de Caza Mayor fue creada con la Ley 6/2006 Balear de Caza y desarrollada por el Decreto 91/2006 de Regulación las Poblaciones de Caprinos. La otorga el Departamento del Medio Ambiente del Consell de Mallorca a las fincas que mejoran su situación ambiental y cinegética mediante una gestión adecuada de la caza. El objetivo principal es reducir la densidad total de cabras “finas” a densidades sostenibles para la vegetación (entre 10 y 20 cabras por cada 100 ha), que es entre la mitad y una cuarta parte de la superpoblación que encontramos en las fincas públicas y privadas de la sierra de Tramuntana, en Mallorca. La superpoblación caprina provoca un grave daño ambiental y cinegético, y el descaste o caza selectiva de cabras ha de hacerse de forma constante porque las fincas están abiertas y las cabras del coto vecino vuelven a entrar. El resultado es un desequilibrio ambiental causado por el abandono y la proliferación de cabras domésticas que hibridan con las cabras salvajes.

Otro elemento importante es la recuperación de ejemplares de la cabra salvaje mallorquina “fina” que formen una población estable en las fincas. La cabra salvaje mallorquina deriva de las primeras introducciones ancestrales, hace unos 4.000 años, y reemplaza ecológicamente al Myotragus balearicus. La Unión Europea reconoce a la cabra salvaje mallorquina no como especie protegida, pero si como de interés para su antigüedad y valor genético, y por lo tanto, considera que debe ser preservada. 

Cuando el 70 % de caprinos de una finca son cabras salvajes “finas”, la propiedad puede obtener el certificado de Calidad como Coto de Caza Mayor de segunda categoría; cuando se llega a una proporción del 90% obtiene el certificado de primera categoría. 

Son Fortuny, administrada por el Departamento de Medio Ambiente del Consell de Mallorca desde 1981, tiene una superficie de 250 hectáreas y en ella se ha podido llegar a una población de cabras “finas” superior al 70 %, lo que la hace digna de una certificación de Coto de Caza Mayor de segunda categoría.

El Departamento de Medio Ambiente del Consell de Mallorca hace censos de cabras cada seis meses, revisando su densidad, su pureza y la estructura de la población. Cuando la población de cabra salvaje mallorquina es suficientemente alta para ser cazada, se autoriza la caza de algunos ejemplares de forma controlada y vienen cazadores de los cinco continentes para cazar una pieza única en el mundo, exclusiva de la isla de Mallorca. 

En 2004 el Safari Club Internacional (SCI), con la inestimable ayuda de Norbert Ullmann, representante europeo del SCI y director del Comité de Homologación de Animales Europeos, basándose en los trabajos de investigación dirigidos por Bartomeu Seguí, jefe de Servicio de Caza del Consell Insular de Mallorca, y su equipo, homologó como trofeo de caza oficial a la cabra salvaje “fina” de Mallorca bajo el nombre de Balearean Boc y, en la actualidad, el Capítulo Balear del SCI, con su presidente, Miguel Estade, al frente, es uno de los máximos defensores de la caza ética y ambientalmente sostenible de esta especie. Este éxito se ha logrado gracias a la participación de todos los sectores de la caza mayor de Mallorca en colaboración con la Administración competente, entre los cuales cabe destacar a Pedro Bestard, jefe de Proyectos de Caza del Consell Insular de Mallorca, y a Juan Escalas, director insular de Caza que dijo: “Consideramos más ético y sostenible, tanto desde el punto de vista del medio ambiente como económicamente, cazar un pequeño número de ejemplares de cabra salvaje cada año que descuidar las fincas y, luego, cuando la población de cabras se ha descontrolado, tener que hacer descastes masivos sin aprovechar los animales”.

Este año se podrán cazar un número controlado de cabras “finas” en Son Fortuny, las cuales no se comercializarán por ninguna vía ni se establecerá tasa alguna. El Consell de Mallorca quiere dejar muy claro que pretende seguir promoviendo la gestión privada de la caza de la cabra silvestre “fina” como una actividad económica sostenible y que revierta económicamente en aquellas explotaciones privadas que se dediquen a ello; por lo tanto, los trofeos disponibles en Son Fortuny serán destinados únicamente a la promoción de turismo de caza en la isla de Mallorca y, al mismo tiempo, fomentar esta actividad cinegética entre los colectivos cinegéticos locales.

Finalmente, la consellera insular del Medio Ambiente, Catalina Soler, ha reiterado la apuesta de la Institución insular para este tipo de oferta turistica cinegética como alternativa al sol y playa, y como elementro desestacionalizador del turismo en la isla en un sector con un alto poder adquisitivo. 

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