El pasado martes, 1 de abril, la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC) y la Asociación del Corzo Español (ACE) acudieron invitadas a una cita en el MAGRAMA que tenía por objeto realizar una puesta en común, con otras organizaciones relacionadas con la caza, en materia de regulación sanitaria de los cotos de caza. El motivo último de la convocatoria era trasladar a las asociaciones la inquietud de la Administración central por las posibles consecuencias indeseables que la artificialización de la caza puede llegar a tener en la sanidad animal y el comercio exterior.
Desde la ACE y la UNAC se reclamó a los poderes públicos la imperiosa necesidad de aplicar con firmeza la normativa existente en materia de movimiento de animales, para prevenir la entrada de nuevas enfermedades, como la que está ocasionando importantes mortandades en los corzos del noroeste español, preservar la integridad genética o la relativa al uso racional del medicamento veterinario y control, higiene y trazabilidad de los alimentos destinados a animales que puedan entrar en la cadena alimentaria.
Las dos entidades expresaron su preocupación por la desafección de los poderes públicos en el control de los cercones, fincas o cacerías en las que se explotan animales criados en cautividad, las granjas de producción de especies cazables y calificaron sin ambages de “ganadería” a la explotación de las especies de caza sometidas a sistemas de manejo artificial, bien por su procedimiento de cría, por sus cuidados veterinarios o alimentación, y la necesidad de deslindarla de la caza, como actividad de ocio que se practica sobre las especies silvestres autorizadas.
Los puntos de vista y propuestas de la UNAC y la ACE fueron bien acogidas por los distintos responsables ministeriales presentes en el acto, quienes entendieron la necesidad de abordar sin dilación estas cuestiones en aras de garantizar la sanidad animal y la salud pública.
